Una coproducción de Bitò, La Brutal i Misògines. 

En una cena entre cuatro parejas que se conocen de toda la vida, se propone un juego que pondrá sobre la mesa sus peores secretos: leer en voz alta los mensajes y las llamadas de sus móviles; su vida entera compartida por todos en ese momento. Seguro que saldrán a la luz muchos aspectos ocultos.

La situación que plantea la película es muy universal: una reunión de parejas de amigos de diferentes edades. La velada promete cuando alguien propone un juego que todos los asistentes aceptan: dejar los móviles en el centro de la mesa y permitir al resto seguir cualquier incidencia (llamadas, whatsapps, conversaciones, mensajes, chats y notificaciones en las redes sociales) para, de este modo, en una exhibición impúdica a medio camino entre la morbosidad y el cotilleo, saber cosas de los demás.

Lo que a priori parece un divertimento lúdico y entretenido, casi inocente, se convierte en capcioso y perverso, porque resulta que nadie es quien parece, no todo lo que se muestra es legal, y muchas parcelas de la intimidad salen a la luz sin la inmaculada pátina que ofrecen a primera vista.
El caso es que, durante la cena, los secretos que parecían mejor guardados palidecen y dan la razón a la expresión inglesa que dice Everyone has a skeleton in the cupboard.

Ficha artística:
Intérpretes: Marta Bayarri, Biel Duran, Eduard Farelo, Diana Gómez, Albert Prat, Vanessa Segura y Cristian Valencia
Autoría: Paolo Genovese
Dirección: David Selvas
Adaptación: Llàtzer Garcia
Traducción: Yannick Garcia
Escenografía: Alejandro Andújar
Iluminación: Jaume Ventura
Sonido: Marcel Ferrer
Vídeo: Mar Orfila
Producción ejecutiva: Daniel López-Orós
Una coproducción de Bitò, La Brutal y Misògines con el apoyo del ICEC (Generalitat de Catalunya) y la colaboración del Teatre Sagarra de Santa Coloma de Gramenet.